Pues sí se ve que si puedo pensar lo que quiera pero, escribirlo en este blog no. Resulta que no se como alguien ha llegado a él y ha leído lo que he escrito sobre la “chica” que esta la primera en el ranking de la página seis y la relación de esto con su padre, dueño del periódico y ha decidido darme un aviso.
Resulta que esta mañana mi abogado me ha dejado un mensaje en el contestador, diciéndome que la llamase cuanto antes. Pero mi manicura no podía esperar. Hemos pasado de tener que llevarlas en colores oscuros a colores nude, en poquísimo tiempo, y el color maquillaje se tenia que adueñar de mis uñas.
Después de la manicura, mientras pasaba por los escaparates de mis, da la casualidad, tiendas favoritas, decidí llamar al abogado. He de decir que no la llamé en ese instante por gusto, sino que siguiendo las recomendaciones de mi querido terapeuta, lo mejor es pensar en otra cosa, ocupar la mente ante situaciones de crisis consumistas.
¿Qué era aquello tan importante que me tenía que decir? Parecer ser que el abogado de la familia Nodier (de la cual yo hablé en mi post pasado) se puso en contacto con ella, aconsejándole que yo dejara de hablar de sus clientes en mi blog. Acto seguido, me explico que según ellos, su derecho al honor se estaba viendo dañado con mis “difamaciones” (mentiras al parecer) no entendí mucho de lo que me contó, pero como ella es la que entiende de estos temas. Se supone que con lo que dije estaría dañando su honor y aunque yo tenga algo llamado libertad de expresión es más importante su derecho. Así que mejor me voy a callar que ahora no puedo meterme en muchos problemas y la prensa mira cada uno de mis pasos. Esta vez me estaré quietecita
Ahora me voy que tengo actos a los que acudir. Recordad que todavía sigue mi plan para ascender en el ranking
Por cierto. Días sin realizar ninguna compra de vestuario: 6.
Besos.
B.
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